Y sí…seguiré opinando.

No entiendo por qué me dicen que me debo callar. Que me debo de controlar. Que no debo quejarme tanto. Que si al fin y al cabo tú no vives en el país desde hace 4 años, ¿en qué te afecta a ti? Y es que Venezuela, al parecer, se ha convertido, en los últimos años, en un país en donde los emigrantes inmediatamente se nos quita la cédula de identidad, el DNI venezolano. Es decir, según algunas personas que aún viven en Venezuela, aunque debo de decir que esta tendencia creciente de intolerancia empieza a hacerse un pelín incómoda ya, los que debimos emigrar en búsqueda de otras latitudes donde establecernos, debemos in so facto colocarnos una mordaza en la boca y una venda en los ojos, para no ver ni para comentar lo que en el país pasa. En NUESTRO país pasa. Ahh, también debemos de ponernos unos protectores de esos antifracturantes en las manos, para evitar que podamos escribir…o unos guantes de cocina, de esos de la abuela, también podrían servir…

Nunca un español por salir de España, fue considerado un extranjero. Ni un francés, ni un escocés, ¿y que me dicen de un chino? Adonde sea que el pobre vaya con sus ojos rasgados, será inmediatamente tildado de chino, aunque fuera camboyano, vietnamita o coreano, da igual. Es chino. Ahh, entonces yo sí, el venezolano, por salir de mi país debo de «bajarle dos» como se dice ahora en la jerga coloquial caraqueña, a la intensidad de la denuncia social, a compartir contenidos para que la gente lea y se instruya. Para que se quite el velo negruzco que le impide observar la realidad de la pudrición social en el país. De como te pueden matar por un reloj, por un par de zapatos o ¡hasta por un pedazo de móvil! Ah no, pero como, abro comillas, «tú ya no vives en el país, quedaste excluido del derecho a la opinión, tú de qué te quejas si ya no te afecta nada», cierro comillas, entonces ellos suponen que yo debo omitir la deuda de gratitud que yo tengo con mi nación, en la que viví un cuarto de siglo orgullosamente, y de la que cada vez que me preguntan en el exterior que de donde soy, con la frente en alto cito al país de las 7 estrellas, (sí, siete). Vale ok, pues se quedarán con las ganas. Porque si bien la cúpula aprovechada del Chavismo nos robó a nuestra patria, contando con el ingenuo apoyo popular de las clases bajas y media que buscaban una alternativa a los años de incertidumbre verdiblanca de la «Guanábana», aún no ha podido robarle la conciencia a millones de venezolanos y millones de extranjeros, ¡sí, ellos también cuentan! Vengan de donde vengan, me importa mucho su opinión y su visión foránea es oro puro. Seguiremos denunciando las cientos de miles de irregularidades y corruptelas que entretejen tanto por debajo de la mesa, como por arriba a vista de todo el mundo, la cúpula carcomida de la V República, los dirigentes nauseabundos del PSUV que se dan baños en oro a diario, aplicando técnicas de propaganda nazi, de la Italia fascista, del Bolchevismo ruso, del Juche norcoreano, del Franquismo español, de las dictaduras del Cono Sur y sobretodo, de la dictadura comunista cubana, mientras el pueblo se come un cable, se mata en las cárceles, se desangra en la ignorancia, se veja debajo de un puente e intenta creer en pajaritos preñados volando en retroceso….

¿Que el capitalismo es la solución? Por supuesto que no lo es, por culpa del capitalismo, de Caldera, de CAP, de Lusinchi, de Luis Herrera, estamos viviendo esta pesadilla, inclusive los que estamos afuera, la sentimos, entérense de una vez…por culpa de sus políticas desacertadas neoliberales, se engendró un monstruo, una especie de Godzilla del Llano, que salió de lo más profundo del ejército nacional, para dar un Golpe de Estado y con ideas marxistas viciadas por el petróleo y por el ánimo de mamar justamente de esa teta, captó al pueblo raso, a los habitantes de esas barriadas y chabolas venezolanas, con muchas necesidades, mucha ignorancia y muchísimo cortoplacismo, además de captar también a una panda de oportunistas, ladrones, asesinos y demás escoria social de la talla de Juan Barreto, Jesse Chacón, Diosado Cabello, Iris Varela o Lina Ron…ah sí, nuestra querida Lina con su megáfono…

Entonces no, como se dice en mi ciudad, ¡de bolas que no! No queremos optar por un capitalismo salvaje, tipo George W. Bush, Tony Blair o Mariano Rajoy, pero tampoco queremos saber nada del populismo borracho que adormece a la población con muy poca cultura, con tergiversaciones ideologizadas de la realidad socio-política del Continente americano y del mundo, con un electrodoméstico gratis sin merecerlo, a cambio de un voto, con un techo de zinc como en la IV, con insultos y con esa soltadera tan procaz y frecuente de sapos y culebras por la boca de «ilustres» mandatarios de la calaña del homofóbico y clasista de Nicolás Maduro o del drogadicto de Mario Silva

Yo no sé que será de Venezuela a corto ni a mediano plazo, pero si se que este país está destinado a salir adelante, a abandonar la delincuencia, las armas de fuego, los maletinazos, el matraqueo policial y aduanero, el abuso al turista y esa mentalidad fascista de decirle a uno que sólo porque vives afuera de nuestras fronteras, ya «no entiendes lo que es ser venezolano»…pero todo eso a largo plazo, por desgracia. La revolución, que debe de estar en nuestras cabezas y ser lo suficientemente fuerte como para retirarle la «R» inicial de la palabra, será cuando todas las clases sociales se unan por el beneficio del país, se deje de una vez por todas el egoísmo y la «jaladera de bolas» con el político de turno (dícese del Lamebotas en Venezuela) y se vaya con la cara bien en alto a protestar a Miraflores y exigirle a Chávez, Maduro y Cabello que dejen de ser títeres flácidos de los hermanos Castro y nos devuelva nuestro país, que se lo dimos prestado por 5 años y ya van 14…y ni atisbos de concluir. Y sí, seguiré opinando porque mi país me duele.

«De Javier Montes de Oca»

 

La evolución funciona, la revolución disfunciona.

La evolución funciona, la revolución disfunciona.

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